lunes, 4 de junio de 2012

El niño seleccionado


La historia comienza en un parque donde una pandilla de niños de 8 a 10 años empiezan a ver muchos insectos raros en el suelo del escalón del parque. Ellos se preguntaban que eso porque era, pero ninguno de ellos sabía el porqué. Se miraban unos a otros las caras y se hacían gestos raros como insinuando que eso no era muy normal. Pero ellos no le dieron mucha importancia a esos insectos tan raros. Todos los amigos se fueron al centro del parque excepto Fabián y Carlos que eran los más mayores de la pandilla, ellos se quedaron mirando y mirando a los insectos, pero ninguno de los dos se atrevían a coger algún insecto. Los insectos tenían alrededor como una grasita brillantesca que soltaban a cada segundo. Fabián que era muy chismosillo intentó coger uno pero no pudo ser porque se le resbaló. Carlos se echó para atrás creyendo que era algo malo.
Fabián vio que no era nada malo así que no le echó cuenta y empezaron todos a jugar al balón en medio del parque. Al ver todos que Fabián se atrevió a tocarlos pero no le ocurrió nada, fueron todos a tocar esos insectos tan raros, pero no se encontraron con nada de nada, el escalón estaba vacío y no quedaba nada de grasa brillante de los insectos, así que todos se fueron para sus casas.
Carlos al acostarse, se le olvidó de decirle una cosa a Fabián, así que lo llamo por teléfono:
Rin,riin, riiiiin, riiiiin, lo coge Fabián y contesta:

- ¿Sí, dígame?
- Fabián se me olvidó contarte que a Julio se le ha perdido el móvil en el parque hoy. ¿Tú lo has visto?
- No, no lo he visto pero si se algo ya se lo comunicaré…

Y de repente a Fabián se le empieza a mover todos los objetos que había tocado antes de acostarse, el agua, el reloj, los zapatos, la ropa, etc…
Él se quedó sin palabras pero no sabía el porqué de esos movimientos, se quedó asombrado de todo e intentó comunicárselo a Carlos, pero él ya había cortado el teléfono.
Al rato se dio cuenta de que las manos le brillaban y se fue corriendo al baño para lavárselas pero no podía tocar muchos objetos más porque  sus padres se darían cuenta del jaleo que tenía montado.
Él intentó no tocar muchos objetos pero aun así tocó algo que el no se imaginaba que era un PAÍS DEL AL REVÉS.
Pues sí un país del al revés que era todo fantástico, en ese país había de todo y de nada porque era muy extraño, tenía árboles donde la raíz eran las hojas y sus hojas eran las raíces, donde el techo era el suelo y el suelo el techo y donde todo era al revés.

Él se pellizcaba la piel porque se creía que estaba en un sueño y no era así, era todo de verdad.
Al poco tiempo de estar por allí se le cruzaron los mismos insectos que vio  y tocó en el parque. Los insectos se movían de una forma rara pero a su vez se convertían en duendecitos  muy pequeños.
Fabián intento comunicarse con uno de ellos pero al verlo salían corriendo, huían de él.
Fabián empezó a conversar con uno que estaba por allí cerca, lo agarró del brazo y empezó a hacerle preguntas sobre todo:

-¿Por qué está esto tan raro?
-¿Por qué me habéis elegido a mi y no a otro?
-¿Por qué esta todo al revés?
-¿Por qué sois tan raros?

Bueno así se tiró un gran rato preguntando y preguntando a los enanitos.
Pero Fabián no sabía un detalle de ese país, que se podía volar y hacer lo que uno quisiera porque no había normas ni leyes que negaran hacer algo.
Cuando Fabián se enteró de aquello no se pensó ni un segundo de irse al árbol más grande de allí para tirarse y volar. Los habitantes del país querían comunicarle que sin el agua “hurtadique” no podría volar.
Él se tiró del árbol sin escuchar a nadie y no se hizo nada porque en aquel país era todo al revés.

Fabián después del porrazo, fue a esa fuente a echarse agua “hurtadique” y empezó a volar y a volar y nunca se cansaba de ello.
Nicof un individuo de aquel país quería tener una conversación con Fabián.

-Nicof: Hola Fabián quería verte con prisa porque quiero comunicarte que el agua de la fuente no dura todo el día solamente dura cinco horas.
-Fabián: Muchas gracias por la información.
-Nicof: Es que sé que si no te aviso harás una de las tuyas.
-Fabián: Pues sí, como lo sabes amigo. Jajajajaja.

Empezaron los dos a reirse. A pesar de que se llevaban pocas horas siendo amigos, los dos se dieron cuenta de que serían muy buenos amigos.
A Fabián le iba todo fenomenal en el país del al revés, pero en la realidad todo el mundo lo andaba buscando por todos lados.
Su madre, Margarita Linéz, empezó a llamar a todos los amigos de Fabián, pero ninguno sabía nada de él, excepto Carlos, que al oír la voz de la mamá de Fabián, esa voz que tenía tan preocupante, se le empezó a venir todos lo hechos del parque:

- Los insectos.
- La grasa brillantesca.
- La desaparición de los insectos…

Bueno que se le vino todo y pensó que a lo mejor la desaparición de su amigo tenía algo que ver con esos insectos.
Fabián no echaba a nadie y a nada de menos porque en el país de al revés estaba muy bien.
Cuando iba caminando por unas piedras vio una cosa vibrar y sonar a la vez.
Como es normal el se agachó a mirar lo que era, y era un móvil como el de Julio.
Fabián no sabía el por qué ese móvil estaba allí, pero empezó a recordar que aquel móvil, en el momento de los insectos él lo llevaba en la mano, así que el móvil al igual que el se fueron para el país.
Al pasar las 24 horas allí pensó en regresar a su casa porque pensó en que su madre estaría preocupadísima por el.
Y así fue. Cuando llegó a su casa su madre estaba llorando porque creía que le había pasado algo pero regresó sano y salvo.
Fabián tenía que contarle lo ocurrido a alguien y pensó en su amigo Carlos, al que llamó y le contó todo lo que le había pasado en aquel país tan maravilloso.
Carlos no se lo pensó y quería ir también así que fue corriendo al parque al mismo escalón donde estuvieron esos insectos pero los insectos no volvieron a posar por allí, porque solamente una persona especial podría ver aquello y eligieron a Fabián porque era una persona amable y muy buena con todo el mundo. Fabián era un chico ESPECIAL. Después de hablar con su amigo se puso a pensar y a ver lo objetos de su cuarto y se dio cuenta de que podía mover los objetos. Él fue la persona que los habitantes del país al revés querían que lo representaran. FIN.

Autor:
Manuel Doroteo Aguilar. 3º ESO.

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